La nueva legislación medioambiental y, en algunos casos, la limitada información disponible sobre la estructura de los vertederos activos o clausurados, ha aumentado la necesidad de entender su morfología y estructura. Los ensayos geofísicos son una herramienta fundamental en este campo. TerraDat ofrece un servicio de prospección específico, capaz de obtener información más resolutiva y a un menor coste que las técnicas invasivas tradicionales.
- Identificación del nivel de lixiviados
- Análisis de la estructura del vertedero
- Caracterización de las variaciones composicionales de los residuos
- Análisis de zonas “secas” y “húmedas” para el control de lixiviados
- Investigación de la integridad del sello
- Caracterización geológica del terreno para el diseño de nuevos vertederos
- Análisis de plumas de contaminación
- Localización de cavidades o zonas de baja compactación
- Ensayo del revestimiento de polietileno (tipo HDPE) del vertedero
- Localización de surgencias
En la imagen superior se muestra cómo un mapa de conductividad eléctrica puede facilitar de un modo rápido y fiable, la delimitación de un vertedero ya clausurado del cual no se dispone de información previa.
En la siguiente sección se muestran los resultados obtenidos para un ensayo de tomografía eléctrica. Gracias a esta técnica se identificaron variaciones en el contenido en humedad del vertedero, se posicionó su base y se analizaron las características del sustrato rocoso sobre el que se asienta. Mediante la tomografía eléctrica pueden analizarse hasta 1,5 km lineales por día.
Para valorar el potencial contaminante de un vertedero (activo o clausurado), así como para realizar una gestión adecuada, es fundamental conocer su estructura y composición interna. La evaluación composicional debe realizarse con técnicas que garanticen una caracterización continua y fiable del relleno. Sin datos previos, el estudio del vertedero con técnicas tradicionales es poco recomendable. Una campaña de sondeos u otro tipo de ensayos puede ser cara, poco productiva e ineficaz. Las técnicas geofísicas ofrecen la oportunidad de caracterizar de un modo continuo el terreno, facilitando de este modo la identificación de distintas capas de vertido, diferentes fases de relleno, zonas saturadas y secas, plumas de lixiviado, y áreas infiltración de agua subterránea.
Las alineaciones púrpuras del mapa superior representan zonas de alta conductividad, que se corresponden con zanjas excavas en arcillas que fueron rellenadas con residuos. En este caso la posterior infiltración de agua subterránea produjo una mayor concentración de los lixiviados en las trincheras.
El procesado de los datos mostrados en el mapa (adquiridos con una técnica electromagnética) fue fundamental para determinar el modo de migración de las plumas de lixiviado. Gracias a este dato se identificaron las localizaciones óptimas donde ubicar pozos de bombeo.